¿Cuántas veces has dejado de hacer cosas por anticipar resultados negativos? ¿Cuántas veces has hecho depender tu manera de actuar de lo que creías que la otra persona pensaba o iba a pensar de ti?…
Muchas veces dejamos que nuestra “bola de cristal mental” y nuestro “poder de visión Rayos X” guíe nuestro comportamiento, cuando lo cierto es que ninguno de nosotros (o al menos dejémoslo en la mayoría… ;)) somos magos, videntes, ni tenemos súper poderes para leer el futuro ni para conocer lo que otros piensan (a menos que nos lo digan)…
No obstante, pese a carecer de capacidades de videncia, lo que sí cometemos con frecuencia son algunos errores a la hora de interpretar los hechos y las situaciones. Suelen llamarse “Distorsiones Cognitivas” y todos las podemos cometer en algún momento (pues juegan cierto papel adaptativo como ahora veremos). La anticipación de consecuencias negativas o “Catastrofismo” (burlonamente “efecto bola de cristal”) o el error de “Lectura de mentes” (“visión Rayos X”), son dos tipos de distorsiones.
¿Por qué cometemos estas distorsiones cognitivas?
El predecir consecuencias negativas o el creer conocer lo que otros van a pensar tiene un efecto adaptativo, es decir, tiene una función a veces útil para nosotros, como es el hecho de poder prepararnos para lo peor, poder prevenir ciertas cosas o decidir cómo comportarnos ante cierta persona. Por eso todos nos dejamos llevar por ellos en algún momento. Pero al mismo tiempo, este tipo de pensamientos e interpretaciones pueden convertirse en un problema, cuando condicionan nuestro comportamiento sin que exista una base racional sobre la que hacer esa anticipación, predicción o “lectura”. Pues como he mencionado antes, ninguno podemos conocer a ciencia cierta lo que va a ocurrir o lo que está pensando o va a pensar otra persona. Por esta razón se llaman “distorsiones”, poniendo énfasis en su carácter irracional, en la ausencia de evidencia.
Si bien, todos podemos cometer estas interpretaciones y hacerlas caso en alguna ocasión, el que se conviertan o no en un problema para la persona dependerá de la medida en que condicionen la conducta de ésta y la cantidad de situaciones a las que afecte esta manera de pensar.
¿Dónde está el problema?
Supongamos que te invitan a una fiesta del grupo de trabajo al que te acabas de incorporar y piensas que “no lo pasarás bien porque la gente ya se conoce y seguramente estés desplazado”, además “seguro que no te desenvolverás bien, porque no les conoces mucho aún y probablemente vayan a pensar que eres un soso y poco interesante”. Después de esta serie de predicciones lo más probable es que te quedes en casa y en caso de que finalmente te obligues a ir ¿cómo crees que te desenvolverás después de lo que has anticipado que van a pensar tus compañeros? Lo más probable es que después de esto tu comportamiento sea inhibido e inseguro, lo que no favorece mucho una adecuada interacción social y puede incluso generar las circunstancias que finalmente confirmen tus creencias previas. Y esto no será porque previamente tus compañeros pensaran que eres un soso o poco interesante, sino porque tus propias anticipaciones, han condicionado tu actuación de manera que los resultados de tu conducta confirmasen tus temores iniciales.
Esto es lo que se conoce como la “Profecía Autocumplida”: Anticipas algo y terminas comportándote de manera que ese “algo” se confirma. Sin embargo, eres tu el que, sin darte cuenta, favoreces las condiciones para ello.
Si bien en algún momento, ser previsores o andarnos con precaución puede ayudarnos, las consecuencias pueden ser nefastas para nuestra vida cuando permitimos que los miedos e inseguridades que se encuentran en la base de estas interpretaciones distorsionadas, nos condicionen en el día a día, dejando de hacer o decir cosas o de relacionarnos con gente por el miedo a qué ocurrirá o qué pensarán. De esta manera nos estaremos perdiendo muchas cosas buenas de la vida y lo peor de todo, es que no nos estaremos permitiendo contrastar nuestras predicciones, de manera que nunca sabremos que aquello que anticipábamos estaba equivocado.
Si te interesa continúa leyendo en el Post de Origen: El «Efecto bola de cristal» y la «Visión Rayos X»